Durante nueve años estuvimos navegando sin descanso, y en el décimo finalmente se nos apareció la tierra paterna. Descubrimos ya los fuegos encendidos en la orilla, tanto nos acercamos. En este momento el dulce sueño se apodera de mi cuerpo fatigado; porque yo había dirigido constantemente el timón de la nave, sin quererlo confiar a ningún otro, para llegar más pronto a las tierras de la patria.
Homero. Odisea
Baiona
1 comentario:
buenisiiiiiisma
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