
Después de esto miré, y vi que había una puerta abierta en el cielo. La primera voz que oí era como de una trompeta que, hablando conmigo, dijo: "¡Sube acá y yo te mostraré las cosas que sucederán después de éstas!"
San Juan. Apocalipsis, 4-1
Ría de Pontevedra
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