Uma gota de chuva Amais, e o ventre grávido Estremeceu, da terra. Através de antigos Sedimentos, rochas Ignoradas, ouro, Carvâo, ferro e mármore Um fio cristalino Distante milênios Partiu fragilmente Sequioso de espaço Em busca de luz.
Por un camino de oro van los mirlos... ¿Adónde? Por un camino de oro van las rosas... ¿Adónde? Por un camino de oro voy... ¿Adónde, otoño? ¿Adónde, pájaros y flores?
Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos plabras de tuyo y mío.